El primer niño que aprende a andar con un exoesqueleto: “Es una parte de mi cuerpo”

A sus ocho años, Álvaro no puede caminar, ni lavarse los dientes, ni comer solo... Salvo cuando se enfunda el primer exoesqueleto del mundo para niños con atrofia muscular espinal. Ahora, es el pionero de un experimento para comprobar la eficacia de la máquina y averiguar si se puede aplicar a más enfermedades.

 

Enlace a noticia de El Mundo